48 horas en Bangkok

Tailandia esta formada por una perfecta mezcla entre la moderna sociedad el S.XXI y la arraigada tradición budista. Nada mejor, para conocer esta singular mezcla de contrastes que desplazarnos a Bangkok , donde pasamos los dos días más trepidantes de nuestra vida.

Como primera toma de contacto nos dirigimos a Khao San Road, la calle más conocida por los mochileros de todo el mundo que visitan Bangkok. Recorremos esta calle repleta de alojamientos de bajo presupuesto y mercados callejeros donde comprar ropa, comida y recuerdos. Al caer el sol, la animación sigue, dotándola de una animada vida nocturna.

Nuestro viaje continua y buscamos algún lugar que nos brinde un poco más de paz... Por lo que llegamos al Palacio Real y el Templo del Buda ( Wat Phra). Este es el templo más importante de Tailandia y está localizado en el centro de Bangkok. Su construcción data de 1872 bajo el reinado Ram I. Este templo está formado por edificios sagrados, estatuas y pagodas, todas ellas muy ricas en decoración. En el edificio principal se encuentra El Buda Esmeralda. Este gran Buda se construyó en la India, cinco siglos después de que Buda llegara al Nirvana, tallado de una sola pieza sobre un piedra verde, la cual, por cierto, está prohibida fotografiar.

Justo frente al Palacio Real nos encontramos el Templo Wat Arum, todo construido de porcelana que procede de las vajillas defectuosas que utilizaban los barcos mercantes chinos para anclar sus barcos. De este templo destaca su famosa torre de 82 metros de altura, la más alta de Bangkok.

Desde el Templo de Wat Arum tomamos un barco que nos ayuda a cruzar la bahía evitando los temidos atascos que se forman en ciudades tan grandes como ésta. Cruzamos el Río Chao Phraya y nos quedamos maravillados de las vistas que se ven del Sky line de Bangkok.

Acabamos nuestra visita en el Barrio de Banglamphu, donde nos encontramos un Templo Budista sin prácticamente turistas. Nos encanta, porque allí encontramos una Estatua de Buda gigante de 32 metros de altura que tardo 60 años en construirse.

Nos quedamos escuchando las oraciones de los monjes budistas y participamos en un pequeña ofrenda, quizá hoy aquí sentados podamos encontrar algo de esa paz interior que tanto ansiamos cuando viajamos.