Eslovenia, la esmeralda de Europa
- VIajes Doncel
- Jan 30, 2017
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Eslovenia es la esmeralda de Europa, y no es que lo digamos nosotros, según los criterios internacionales Green Destination, es el primer país del mundo que ha conseguido ser un destino verde. Situada en el corazón de Europa, entre los Alpes y el Mediterráneo, nos hemos dejado seducir por esta combinación y hemos embarcado rumbo hacía allí.
Llegamos a Liubliana, capital cosmopolita y pintoresca, perfecta para ser recorrida a pie ya que la mayoría de su zona céntrica es peatonal. ¿Por dónde empezar? No existe un recorrido fijo pero sí, una serie de paradas obligatorias para conocerla un poco más.
Comenzamos por el Castillo Medieval ubicado en la cima de la ciudad, al cual se puede subir andando o en teleférico, donde se puede observar una impresionante panorámica de la ciudad. Continuamos nuestra visita por la Catedral de San Nicolás, destruida por varios incendios hasta que fue reconstruida a finales del Siglo XIX con un estilo barroco. Nos dirigimos ahora hacia los puentes que hay sobre el río Ljubljanica el Puente del Dragón y el sorprendente Puente Triple,cuyo arquitecto Joze Plecnick es natural de allí. Cabe destacar que en este año 2017 se conmemoran los 60 años de su muerte.
Dejamos atrás los edificios para adentrarnos en la naturaleza. Nos dirigimos al Valle de Logar. Allá donde miramos encontramos paisajes de un verde sin fin. Es el lugar perfecto para desconectar del ajetreado ritmo en el que vivimos. Rutas de senderismo a pie o en bicicleta para conocer los frondosos bosques, arroyos y poder ver a los animales en su ambiente natural.
Sin dejar atrás la naturaleza, continuamos hacía el Lago de Bled, no sin antes pasar por Velika Planina, un típico pueblo de pastores en el que encontramos casas de madera dispuestas en forma circular y sus famosas delicias culinarias como el queso Trnic y su vino. Una vez que hemos repuesto fuerzas, llegamos al Lago Bled, donde somos protagonistas de un paisaje de cuento: un lago alpino en el hay situada una pequeña isla en la que hay un castillo sobre una roca. "Príncipes, dragones y princesas" es lo único que podemos pensar mientras cruzamos el lago en una embarcación de madera. Llegamos al castillo, el cual data del Siglo XII, donde nos encontramos un museo, una sala de imprenta manual, una bodega y una herrería.
Decidimos comer en el restaurante que hay allí, y mientras saboreamos la comida llegamos a la conclusión de que hemos encontrado la combinación perfecta entre naturaleza y cocina. No hay fotos que puedan transmitir lo que este país nos ofrece, lo mejor será que cojas tu mochila y te aventures a descubrir lo paisajes más sorprendentes.

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